mayo 31, 2023

Las manos de mi abuela

En la imagen de sus manos caben muchas otras manos.

Aquellas que sostuvo cuando una amiga pidió su ayuda,

la que apresuró para alejar a alguien del peligro.

Aquellas manos que mantuvo cálidas cuando un familiar perdió a un ser irreemplazable.

 

Sus manos son como puertas abiertas.

A veces se empuñaron porque tuvo que contener ese coraje que no le dejaron gritar.

A veces le temblaron y congelaron porque sus ojos no soportaron ver tanto dolor,

o tanta tristeza, y sus manos fueron sostén de sus emociones.

 

En sus manos habita una quemadura de una cena navideña.

En sus manos corrieron ríos de vida. Dieron vida y las edificó.

Sus manos blancas delatan manchas de sol y venas pronunciadas,

los mapas biográficos de todos los novios de su juventud.

 

Tener sus manos,

y volver a sus manos, es volver al inicio de todo.

 

Mira tus manos, abuela

y mira cómo susurran palabras de amor desde la tierra hasta los oídos del cielo.

 


 

marzo 07, 2023

Para ti, que siempre has estado

Entraste a mi casa

y había poca luz.

Las flores que encontraste ahí,

las pusiste en tu jardín.

 

Dejaste la puerta abierta

para que pudiera pasar el ruido de tu lluvia.

 

Me llenaste de ti.

Me asomé a tus anhelos, a tus sueños, a tu cansancio

a las ganas que tienes de ti mismo,

de vivirte.

 

Y me pregunto, ¿cuándo es el ahora contigo?

Cuando tus manos me enseñan los atardeceres que has vivido.

Cuando tus ojos me cuentan los recuerdos que nunca tuve,

y todo el futuro que contigo anhelo.

Cuando tu sonrisa,

¡esa sonrisa!

dibuja mi nombre con esa voz que solo hace eco en mí.

 

El ahora contigo, también es un mañana que tiene tu olor,

y tus caricias.

 

En el ahora, y en el mañana hay una ciudad que tiene que ver como danzan nuestros pies,
y hay una Luna que tiene que saber que esta vez,
sí puede ser perfecto.


enero 15, 2023

Chasquido

Yo fui ese segundo.

  

Yo fui una palabra al año

de un poema sobre el amor.

 

Yo fui esos días en que

la cicatriz cerró.

 

Yo fui la fumarola.

La puerta del camión cerrándose.

La taza de café enfriándose.

 

Yo fui ese segundo.

 

Esa sonrisa que miraba aquella otra sonrisa.

 

Yo fui esa noche.

Yo fui ese segundo que dilató la pupila.

 

Yo fui la decisión de no mirar atrás,

y todas las consecuencias de un paso hacia la incertidumbre.

 

Yo fui el chasquido de la luz apagada,

y la luz de esa oscuridad efímera.

Yo fui futuro

en un pasado que sabía a gloria.

Yo fui polvo de ilusiones

en un cuerpo que moría de hambre.