junio 29, 2022

Angelita

Lo que yo sentía en aquellos momentos

era justamente lo que en ese momento yo era: niñez. 

Cantos y cuentos.

Leyendas urbanas que tenían todo el sentido

bajo ese techo de loza,

de madera y lazos.

 

Y siempre estabas ahí. Dispuesta. Atenta.

Haciéndonos sentir que la niñez no era pasajera.

Y cuánta razón tenías.

 

Lo que yo sentía en aquellos momentos pocas veces

se puede volver a sentir.

Hogar: era justamente lo que yo era,

y también un poco de miedo. Porque las leyendas a esa hora, en esa casa tan llena de historias, eran asunto serio.

¡Cuánta razón tenías, aún cuando nada decías!

Mi niñez, fue lo que compartimos.

No un lazo inseparable pero sí inquebrantable. De tía y sobrina.

 

Verbalizabas todos tus motivos con aquella tu mirada triste. 

Y gracias a ti, hay un olor que nunca en la vida voy a olvidar. Que nunca en la vida se apartará de mí. 

Dejaste más huellas con tu mirada que con tus pasos.

Dejaste en mi memoria aquellas noches que, junto a una mesita de madera ya muy viejita, nos sentábamos a tomar el café con las galletas marías.

 

Gracias. Por siempre.

 

Escrito dedicado con amor, a mi tía Angelita.
 

Erick

You were a sunshine. A strong reason to me to be here in your community and letting me gave you a childhood you'd feel grateful for.

You'll be forever in my thoughts and i'll be always thankful with you for letting me give you so many hours of happiness and play.

I'll keep those moments when you ran down freely to hug me and used to call me teacher even if i wasn't. I’ve got a bag full of untold memories I'd keep. You were a sunshine, Erick. And I love you.

Rest in peace, my dear sunshine!